Este miércoles el parte nocturno del Comité de Epidemiología de la provincia informó que
murieron 18 personas, un nuevo triste récord. En lo que va del mes hubo 10 muertes menos que en
todo septiembre. El promedio de edad de los fallecidos viene en descenso: cada vez muere más
gente por fuera de los grupos de riesgo.
El sistema de salud en la provincia está colapsado. La ocupación de camas de terapia intensiva
está desde hace más de 15 días en el 99% y el personal de salud está trabajando en su máximo
posible, sin posibilidad de recambio alguna.
La curva de contagios no para de crecer en la provincia, pero fundamentalmente en la ciudad
capital y las localidades que forman el aglomerado metropolitano.
Ayer se registraron 555 contagios, la mayor cantidad diaria desde que empezó la pandemia. De
ellos 338 fueron en Neuquén capital y la cifra asciende a 419 si se suman los diagnósticos
positivos que ocurrieron durante el día en Plottier y Centenario.
El gobierno provincial dispuso nuevas medidas tendientes a disminuir la circulación y tratar de
bajar los contagios. Lo cierto es que fueron acatadas de forma dispar por los municipios con
circulación comunitaria del virus, para quienes fueron diseñadas. Incluso las localidades que
las adoptaron, registran un cumplimiento escaso. También es deficitario el control de las
mismas.
A fines de septiembre, la ministra de Salud Andrea Peve había anticipado que se venían “días
mucho más duros” e incluso pidió a los intendentes que acondiciones los cementerios.
Esos días duros llegaron. Según los partes oficiales, octubre tuvo tres días con más de 10
fallecimientos en 24 horas y un promedio de 8,35 víctimas diarias. En septiembre el porcentaje
fue de 4,23. Asimismo, este mes ya hubo que lamentar 117 muertes -hasta la noche del miércoles-
mientras que en todo septiembre murieron 127 personas.
El punto de inflexión en la curva de fallecidos se dio el mes pasado. Desde el primer día hasta
el miércoles murieron 4,6 veces más de personas que el total acumulado desde marzo hasta
agosto.
Pero además, en los últimos meses comenzaron a registrarse muertes en personas cada vez más
jóvenes. En julio, el primer mes en el que se informó la edad promedio de los fallecidos, era
de 75 años; en agosto pasó a ser de 71,8 años. En estos últimos dos meses, dos fallecimientos
de jóvenes de 19 años bajaron esos valores a 69,2 y 68,3 años, respectivamente.
Al contrario de lo que sucede con las muertes por coronavirus, el rango etario que más se
contagia permanece casi invariable. Los partes del Comité de Epidemiología desde junio hasta
ahora reflejan que la edad promedio de los contagios ronda entre los 36 a los 39 años.
