Prueger sobre el ataque a Cristina Fernández: «No se trató de un loquito suelto»

El reconocido perito Enrique Prueger analizó el intento de magnicidio contra la vicepresidenta y afirmó que no se trató de un «lobo solitario» y que, de haber salido el disparo, hubiera sido mortal.

El perito Enrique Prueger, docente de la Universidad Nacional de Río Negro en la carrera de Criminología, realizó un análisis sobre el intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández, y afirmó que este tipo de hecho no pudo haber sido perpetrado en soledad al estilo de un «lobo solitario». Afirmó que se debe buscar a «quién lo mandó».

Prueger es reconocido a nivel nacional por haber participado en las causas por los asesinatos del soldado Carrasco y del hijo del ex presidente Carlos Menem, entre muchas otras. En diálogo con LU19 hizo un análisis sobre la situación teniendo en cuenta su experiencia y los videos del hecho.

No creo que haya actuado solo, hay que buscar la línea de quién lo manda ahí. La teoría del lobo solitario no cierra. Este es un hombre de ultraderecha, un neonazi, por el tatuaje que tiene que corresponde al sol negro de los nazis. Deben hacerse los entrecruzamientos de las comunicaciones. En Argentina hay una técnica que es la de toque, donde los celulares por más que no se estén hablando, pero si están reunidos con el teléfono al lado, el celular cada 10 segundos se conecta a las antenas más próximas. Mediante una técnica de coordenadas polares geolocalizadas se puede definir cuántos celulares había en menos de dos metros a la redonda, y saber a qué personas corresponden», explicó.

Sobre las apariciones en televisión del agresor Fernando Sabag Montiel, Prueger dijo que puede ser una línea para mostrar a una persona con ciertos problemas psiquiátricos.

«De hecho, ¿Para qué borra el número de registro del arma? Esto indica que hay conciencia forense, muy loquito no era el muchacho. Conciencia forense significa que sabe que hay ciertos elementos del arma que pueden ser identificados, como el número de serie, y puede permitir saber de quién es. Las armas se registran todas, hasta las de uso civil», detalló.

Agregó que no se puede determinar cuándo se borró el número de serie del arma, pero si se puede encontrar ese número con el uso de ciertos ácidos y una deformación por cristalografía.

«Hay que ver cuál fue el desplazamiento de esta persona, con quién se juntó. Buenos Aires está llena de cámaras por todos lados y hasta con reconocimiento biométrico», comentó.

No se trató de un loquito suelto, tenía conciencia forense

Sobre el arma utilizada y secuestrada por la Policía, dijo que se trata de una Bersa calibre 32 pulgadas, o calibre 765 en la medida europea.

«Es un arma semiautomática que presentaba parcialmente borrados los números. Significa que hay conciencia forense que no quieren que lo identifiquen al menos al propietario. Es de bastante mala calidad. Habría que revisar todo, si es de su propiedad o quién se la dio, por qué le borraron los números y a quién corresponde la titularidad. Es un arma ideal para defensa personal en el sentido de que es fácil de ocultar, es un arma imperceptible por el tamaño», analizó.

Agregó que esta arma tiene una cola del disparador de doble acción, en el cual en el segundo gatillo debía haber subido el cartucho a la recamara. «No subió por una falla. Acá apretás el gatillo, en el momento que la cola va para atrás, en ese momento el cartucho se va para adentro. Si no salió la bala, es porque tuvo una falla en el sistema no porque no quiso dispararle», comentó.

«Es un arma común que se puede conseguir, se puede comprar en una armería, pero queda registrada. Por supuesto van a utilizar el arma de peor calidad para hacer pensar que se trataba de un loco suelto», argumentó.

Aseguró que el disparo de esa arma a la distancia en la que el tirador tuvo a la vicepresidenta, poco más de 10 centímetros de su cara, el disparo hubiera sido mortal.

Sobre la seguridad, dijo que hubo una falla terrible. «Mucha gente en el medio y ella en contacto directa con toda esa gente, en el medio el tirador. Muchas veces lo que mata es la confianza. Creo que se lo van a tener que replantear», añadió el perito.

Fuente: www.diarioneuquino.com.ar/

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